La '''Convergencia tecnológica''' es la tendencia de
diferentes sistemas tecnológicos en la evolución hacia la realización de tareas
similares.
Convergencia puede hacer referencia a tecnologías
previamente separadas como la voz (telefonía),
datos (y aplicaciones de productividad) y vídeo que ahora comparten recursos e
interactúan entre sí sinérgicamente, creando nuevas posibilidades.
Hoy en día estamos rodeados por un mundo multimedia convergente
en muchos niveles, con nodos de comunicación e información continuamente
adaptándose para satisfacer a demandas creadas por la propia tecnología y
cambiando la forma de crear, consumir, aprender e interactuar unas con otras.1
La convergencia se define como la interconexión de
tecnologías de la computación e información, contenido multimedia y redes de
comunicaciones que han llegado como resultado de la evolución y popularización
de internet,
tanto como de actividades, productos y servicios que han emergido desde el
espacio digital.
Muchos expertos ven todo eso como la punta del iceberg,
ya que todas las facetas de la vida social o institucional como negocios,
gobierno, arte, periodismo, salud o educación traen consigo un incremento de
los espacios digitales a través de redes crecientes de dispositivos TICs.
La base de la convergencia tecnológica tal y como se
plantea, choca con una sociedad en la que prima el consumismo como
expresión del ser humano. Por ello, y pese a que se pueda apreciar la conversión
de dispositivos tecnológicos (Celulares, Smartphones, Readers, Tablets...), su
producción no se ha visto reducida, sino todo lo contrario, ya que responde a
la premisa consumista imperante.
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